martes, 1 de marzo de 2011

El pequeño Sam



En su día Sam pasó por el albergue, era un pequeño muñeco, no pesaría mas de medio kilo, y por supuesto fue un cachorrito precioso, y no tardó mucho en ser adoptado
Pero esos peluches graciosos, monos y entrañables crecen y si no se les educa se convierten en perros mimados, consentidos y con sus berrinches
Ahora Sam tiene dos años y ha sido devuelto al albergue porque cuando entraba en la cocina no había manera de sacarlo, enseñaba los dientes y sus dueños empezaron a tenerle miedo
Nosotros no hemos tenido problemas con él, es bueno con otros perros y con personas, pero claro, todos esos mimos, cariñitos y dedicación que supuestamente son los correcto en un perro de familia, aqui no los tiene y se da cuenta que no aceptamos ese tipo de conductas
En fin, vuelvo a criticar, entre comillas a la cultura española (que tambien es la mia) a la poca atención que le damos a las normas, la disciplina, me encantaria que tuvieramos la mentalidad de otros paises de Europa, que antes de abandonarlos hacen e investigan todas las formas posibles para mantener a su animal en casa. No sé si buscaron adiestrador, si consultaron con un experto en conducta canina, si leyeron y se informaron de cosas, solo se que tras dos años, Sam esta de vuelta aqui en el albergue
Ahora nos toca a nosotros el trabajo de investigar como se lleva con niños, como se comporta ante una negación, que tal va con la correa... en fin, todo lo que nos gusta saber antes de que sea adoptado otra vez, si, nos equivocamos, es complicado dar en adopción un animal, siempre esperamos que sea la persona correcta, que no tire la toalla, pero como en todo, para gusto, colores

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